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Responsabilidad Extendida del Productor.

¿A qué denominamos residuos tecnológicos?

Los residuos tecnológicos, también conocidos como residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs), basura tecnología, e-waste (desechos electrónicos), WEEE (Waste Electrical and Electronic Equipment) son aquellos aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) que llegaron al final de su vida útil.

De acuerdo a la Union Europea, estos residuos crecen tres veces mas rápido que los residuos comunes; esta afirmación es fácilmente verificable en los hogares, donde se estima que por cada habitante se tiene dos celulares almacenados y por familia un equipo de computación completo, una radio, un reproductor VHS, una radio portátile, una impresoras son obsoletas y almacenadas en algúna despensa. De acuerdo a estudios nacionales e internacionales, la generación de RAEEs en Bolivia tuvo un crecimiento de 2.2 kg/habitantes (año 2012), hasta 5 kg/ habitante (2018).

 

¿Cuál es el problema? Frente a una gran generación de RAEEs

Los RAEEs, son considerados residuos especiales, por los componentes contaminantes que están inmersos en la basura tecnológica. No son residuos comunes ya que contienen substancias altamente contaminantes; tampoco son residuos peligrosos ya que sus componentes contaminantes únicamente pueden ser liberados por malos procesos de gestión. Un ejemplo de un mal proceso de gestión es la quema de cables a campo abierto, o la quema de RAEEs enteros en campo abierto.

Entre los materiales contaminantes que están presentes en los RAEEs podemos citar a fosforo, plomo, mercurio, Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), entre otros, además, tiene metales valorizables. El problema está en que estos metales están “casados” –unidos, fundidos, mezclados– con los componentes contaminantes; para “divorciarlos” –separarlos–, requieren de procesos tecnológicos avanzados que están valuadas en varios millones de dólares.

Para realizar una gestión apropiada de estos residuos, se necesita grandes espacios, alta inversión en tecnología y amplio conocimiento técnico para la identificación de materiales contaminantes y su adecuada manipulación. Esta suma de factores, acompañado de la ausencia de leyes que regulen su gestión, a impulsado al crecimiento del mercado informal, con fuertes repercusiones ambientales por las malas prácticas que realizan.

La ciudad de Agbogbloshie, en Accra (Ghana), alberga el segundo mayor mercado de África occidental en reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Los habitantes de Agbogbloshie, implicados en el proceso de recuperación de RAEEs, emplean la espuma de poliestireno que protege a los AEE empaquetados como combustible para quemar los cables de éstos y obtener cobre, aluminio y hierro de su interior. Más de 250.000 personas del área se encuentran con peligros en su salud debido a esta práctica. La tierra alrededor del vertedero contiene un 2% de plomo, convirtiendo la tierra en estéril.

 

¿Quién asume la responsabilidad de la gestión de RAEEs?

La responsabilidad de la gestión de los RAEEs recae en los gobiernos municipales o municipios. Se ven sobrepasados en su capacidad por la gran generación de residuos y la complejidad de su manejo. Frente a esta dificultad nace la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), definida por Lindhqvist, como un principio político para promover mejoras ambientales para ciclos de vida completos de los productos, se extiende la responsabilidad de los fabricantes a varias fases del ciclo total de su vida útil y, especialmente, su recuperación, reciclaje y disposición final. Un principio político es la base para elegir la combinación de instrumentos normativos a ser implementados en cada caso particular. La REP es implementada a través de instrumentos políticos, administrativos, económicos e informativos.

La responsabilidad del productor de tecnología terminaba en el momento que entregaba su producto al consumidor final. La REP amplía su responsabilidad al momento en el que este producto tecnológico concluye su vida útil; el productor debe asumir su recuperación, reciclaje y disposición final. En este modelo, los roles quedarían más definidos y controlables; es decir, los gobiernos nacionales tienen la opción de adoptar este principio político en su leyes, los municipios velarían por el cumplimiento de estas leyes, los productores se encargarían de recuperar sus equipos en calidad de residuos, y delegarían la responsabilidad de su gestión a empresas recicladoras legalmente establecidas.

En la REP, el productor tiene la posibilidad de asumir su responsabilidad de forma individual o de forma colectiva. De forma individual asumiría su responsabilidad con sus recursos y esfuerzos; en cambio, en la forma colectiva, el productor tiene la opción de aliarse con otros productores uniendo esfuerzos y compartiendo gastos para asumir sus responsabilidades. Frecuentemente, en este último modelo se unen empresas tecnológicas con características similares, para que sus estrategias de recuperación, reciclaje y disposición final se realicenadecuadamente.

En la forma colectiva, se crean organizaciones que aglutinan a los productores que persiguen un fin común: cumplir con la Responsabilidad Extendida del Productor. Esta organización se encarga de organizar los sistemas de recuperación de todos sus asociados, elegir la mejor alternativa de reciclaje formal que garantice la seguridad jurídica de sus asociados y velar por que el destino final sea trazable. El modelo de la REP está siendo adoptado paulatinamente en LATAM, generando nuevas alternativas de solución ante la problemática de los RAEEs, y los nuevos desafíos en educación, organización y sociabilización de este modelo.


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